Oporto en 2 días

Día 1. Centro de Oporto

Detrás se encuentra la Iglesia da Trinidade, una de las más importantes de la ciudad. Su fachada envejecida me fascinó.

Desde la Iglesia, siguiendo por Rua de Fernandes Tomas se encuentra el Mercado do Bolhäo. Al ser domingo estaba cerrado, por lo que aplacé esta visita para el lunes a primera hora.

Haciendo esquina con Santa Catarina me encontré con la maravillosa Capilla de las Almas, una de las iglesias más bonitas de Oporto debido a los 16.000 azulejos que cubren su fachada principal y su muro lateral con historias de la vida de Santa Catalina y San Francisco de Asís, obra del pintor Eduardo do Leite. Su horario es de 7:00 a 13:00 y de 18:00 a 19:00 y la entrada es gratuita.

Bajando por Rua Santa Catarina, en el número 112, se encuentra el Magestic Café, una de las joyas de Oporto cuya decoración y estética son dignas de admirar. 

Yo no llegué a entrar, ya que los precios eran algo elevados, incluso para un simple café. Pero he de reconocer que la decoración llama mucho la atención.

Al comienzo de Rua Catarina hay dos fachadas con una preciosa decoración Art Nouveau, una frente a la otra haciendo esquina (Librería Latina y Joyeria Reis&Filhos). 

Sobre la entrada de la librería se encuentra el busto del poeta portugués Luis de Camoes, y cuentan que posteriormente se colocó sobre la de la joyería el busto de una bella mujer para que éste la mirase y no estuviese solo.

A escasos metros, se encuentra la Iglesia de Santo Ildefonso, cuya principal característica reside en su fachada decorada con alrededor de 11.000 azulejos blancos y azules que relatan retazos de la vida del santo, obra de Jorge Colaço (Estación Säo Bento). Su horario es de 9:00 a 13:00 y de 18:00 a 20:00 y la entrada es gratuita. Para mí es de las más bonitas.

A unos pasos se llega a la Praça da Liberdade, donde está la estación de tren de Sao Bento, uno de los tesoros de la ciudad construido sobre las ruinas del antiguo convento con el mismo nombre, y cuyo hall está decorado con más de 20.000 azulejos que relatan la historia de Portugal.

Aproveché entonces para ir a comer algo y probar la famosa Francesinha de Oporto, uno de sus platos más populares.

La Francesinha es una especie de sándwich relleno de varios tipos de embutido, cubierto de queso gratinado, coronado con un huevo frito y bañado en una salsa algo picante de tomate y cerveza.

Para ello elegí uno de los lugares que me habían recomendado: la Cervejaria Brasao Aliados en Rua de Ramalho Ortigäo, 28, cerca de la Plaza del Ayuntamiento en Aliados.

No me defraudó en absoluto y su buena fama la tiene más que merecida. Eso si, con media ración por persona es más que suficiente, ya que suele venir acompañado de patatas fritas.

De aquí me dirigí hacia el Palacio de la Bolsa de Oporto, pero estaban las visitas agotadas para ese día. Así que decidí entrar a la Iglesia de San Francisco, junto a La Bolsa, famosa por sus catacumbas perfectamente conservadas.

Personalmente, me pareció una visita bastante normalita, aunque sólo por ver la recargadísima ornamentación del interior de su iglesia principal ya vale la pena. Pocas veces había visto tanto pan de oro junto. Con la entrada, que cuesta 6 euros, puedes acceder a las dos iglesias, el museo y las catacumbas.

Y de aquí, subiendo por las Escadas do Caminho Novo, uno de los dos puntos de la ciudad donde se puede apreciar los restos de la antigua muralla de la ciudad (Trecho Caminho Novo), se llega al mirador del Parque das Virtudes, con unas maravillosas vistas del Duero y de su otra orilla.

Un poco más arriba, se encuentra el mirador de Säo Bento de Vitoria, donde las vistas son mucho mejores.Y además está en un emplazamiento en ruinas precioso. Muy recomendable.

Este barrio, que fue el centro neurálgico de lo que en el siglo XIV fue el barrio judío de Olival, está formado por callejones medievales que son de recorrido casi obligado. En frente de la Iglesia de Sän Bento de Vitoria hay un cartel que pide disculpas por la expulsión de los judíos por parte de la Inquisición en 1496.

Subiendo la calle, es parada obligada, sobre todo para los amantes de la fotografía, el Centro Portugués de Fotografía. Un magnífico edificio que en pasado fue una cárcel y que se usó varios siglos hasta los años 70 del siglo pasado. Ahora acoge diversas exposiciones de fotografía, entre ellas una permanente con cámaras antiguas.

Al lado de encuentra la Iglesia y Torre dos Clerigos, uno de los monumentos más importantes de Oporto. En este lugar, conocido como “El Cerro de los Ahorcados” se enterraba a los mismos ahorcados por algún delito.

La Torre con 76 metros de altura y más de 200 escalones lleva a un mirador donde se aprecia la belleza de la ciudad desde las alturas. En la subida se pueden ver las 49 campanas que forman el carrillón. Su horario es de 9:00 a 19:00, y la entrada y subida a la torre 3€. 

Realmente vale la pena pagarlo para disfrutar unos instates de sus increibles vistas.

Muy cerquita, al otro lado de la Paça de Gomes Teixeira, entre la Iglesia del Carmen y la Iglesia de las Carmelitas Descalzas, de estilos distintos, se encuentra la casa más estrecha de Portugal. 

Dado que en aquella época existía la prohibición de construir una iglesia junto a otra, se decidió añadir esta pequeña casa entre ellas y así no incumplir esta ley.

En esta zona también se encuentra la librería Lello e Irmao, famosa por su relación con la saga de Harry Potter. Pero había una cola increible, así que opté por dejarlo para la mañana del último día.

Subiendo por Rua de Cedefeita, en los números 156 y 158 se pueden ver dos casas originales del siglo XVIII. 

Y en frente de estas se encuentra Rua Miguel Bombarda, famosa por sus galerías de arte de artistas alternativos y eclécticos. Esta zona es conocida como el Bairro das Artes, y entre sus secretos esconde un mural del Quijote que, como español, me hizo ilusión encontrarme.

En el número 457 de Rua Miguel Bombarda os recomiendo un espacio de tés, con un jardín y decoración tranquila para tomar algo después de todo un día de visitar Oporto: Rota do Chá.

Tras dar una vuelta por esta zona, me pare a tomar una copa de vino de Oporto acompañado de un buen trozo de tarta de chocolate en Galeria de Paris (Rua Galeria de Paris). Su decoración con vitrinas repletas de juguetes, coches colgados de las paredes y multitud de antigüedades es digna de ver. Además comer y cenar en este lugar es muy económico.

Otros sitios recomendables para tomar algo en esta calle son Casa do Livro, con un rollo retro con sillones antiguos y librerías que también merece la pena. O Era una Vez no Paris, con una estética parisina retro y música de los 70 y 80.

Día 2. Zona de la Catedral y Vila Nova de Gaia.

Ya que estaba cerrado el primer día, mi primera parada fue el Mercado do Bolhäo, uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, repleto de puestos de fruta y verdura, además de otros de souvenirs, donde se puede apreciar la verdadera esencia del Oporto más clásico y decadente.

En Praça da Batalha, delante de la Universidad Lusófona de Oporto, se coge el Funiculaire dos Guindais que te lleva en un par de minutos a la zona baja del Puente Luis I. El viaje cuesta 2,5 euros.

Donde se coge el funiculaire se encuentra otro punto importante de restos de la Muralla Fernandina, entre la entrada al Ponte Luis I y el Convento de Santa Clara (Trecho dos Guindais). Desde el funiculaire se ven prefectamente, y de cerca.

Existe una subida a la muralla, pero en esta ocasión estaba en obras y no pude acceder. Quizá la próxima vez.

Desde la zona baja de Ribeira, subiendo unas escaleras, se llega a la Catedral de Oporto.La entrada es gratuita, pero por 3 euros se puede acceder también a su precioso Claustro y a la Casa do Gabildo, donde se encuentra el tesoro de la Catedral, una colección de objetos de orfebrería religiosa. 

Para mí fueron los 3 euros mejor invertidos de todo el viaje. El horario es de 9:00 a 12:30 y de 14:30 a 18:00. 

De aquí, bajando por las Escadas do Barredo, y visitando la Torre da Rua de Baixo (Rua de Baixo, 5), una de las construcciones más antiguas de la ciudad que aún se mantienen en pie desde aproximadamente el s. XIII y que forma parte de los elementos pertenecientes a la antigua Muralla Fernandina, se llega de nuevo a la zona de Ribeira. 

Si tenéis tiempo, disfrutad paeando por sus calles y admirando las vistas del Puente Luis I y de la otra orilla del Duero, donde se encuentran las bodegas de Oporto.

Muy cerquita, se encuentra otro elemento de los restos de la Muralla Fernandina: el Postigo do Carvao, acceso por donde se abastecía de carbón a la ciudad y que se encuentra en Cais de Estiva.

Desde la Praça Ribeira, donde en la zona del puerto se realiza el Crucero de los 6 puentes, de unos 50 minutos de duración. Ticket abierto de 10:30 a 16:00, y cuesta unos 15 euros.

Yo no lo hice porque hacía bastante frío. Pero en épocas más calidad un paseo tranquilo por el río es altamente recomendable.

Tras una breve visita a los Jardines del Palacio de Cristal, que me maravilló, me dirigí al Museo do Carro Electrico (o Museo del Ferrocarril), cuyo horario es de 10:00 a 18:00 y la entrada son 8€.

Me pareció caro para ver un hangar con algunos vagones de tranvía. Pero si te gustan estas cosas supongo que vale la pena entrar. Yo no lo hice.

Dejando atras el museo, paseando por la orilla del río, me dirigí al Puente de Arrabida, donde a unos pocos minutos andando se llega a la parada de tranvía y bus Gas.

En el embarcadero, cada 15 minutos, el barco Flor do Gas te lleva a la otra orilla del Duero en unos minutos por sólo 2€ el trayecto. 

Al otro lado os espera la pequeña localidad de pecadores Afurada, donde pasear por su tranquilo puerto, disfrutar de la zona de lavandería y tendederos al aire libre, y unas calles que aún mantienen la esencia del antiguo Oporto vale mucho la pena.

Paseando por una de las calles, vi varios restaurantes con pescado fresco con hielo en la puerta y unas parrillas donde te lo cocinaban en el momento. Así que me decidí a comer en uno de ellos las sardinas más ricas que he probado nunca, acompañadas de ensalada, patatas a la brasa, una cerveza, postre y cafe por sólo 14 euros. Todo un descubrimiento.

Más tarde supe que se trataba uno de los mejores sitios para comer pescado fresco de la ciudad: la Taberna Säo Pedro (Rua Vasco de Gama, 126, Aurada)

De aquí, paseando por la costa y disfrutando de las vistas de Oporto, en unos 30 minutos se llega a la parte baja del Teleférico de Gaia (estación Casi de Gaia) y a la zona de las famosas bodegas del vino de Oporto de Vila Nova de Gaia.

Existen muchas bodegas, y para gustos los colores. Me recomiendan las Bodegas Croft, Bodegas Graham’s  y Bodegas Ferreira.

Yo visité, por ser menos turísticas, las Bodegas Graham’s, situadas en lo alto de la colina, con unas vistas increíbles.

Al final de la visita te llevan a un salón antiguo donde puedes disfrutar de tus copas de Oporto con total tranquilidad. La visita y cata de tres variedades de sus vinos de Oporto me costó 13 euros.

Para volver decidí coger el Teleferico de Gaia, que te sube a la entrada del Puente Luis I, y cuyas vistas mientras cae el sol de la ciudad de Oporto son espectaculares.

Yo tuve suerte y pude ver el atardecer desde las alturas. El precio son 6 euros un trayecto, o 9 euros ida y vuelta. En el precio viene incuida una cata de vino de Oporto en una de las bodegas del puerto.

Y de ahí regrese andando por el puente Luis I mientras se iba iluminando la ciudad a un lado del Duero y los letreros de las bodegas al otro. Fue realmente un momento mágico.

El resto de la tarde puede disfrutar de la zona de Barredo y Ribera iluminadas.

Como curiosidad en una de las entradas del puerto, se encuentra el Ascensor da Ribeira (Rua da Lada) que lleva a un pequeño mirador a mitad de camino entre el puerto y la Catedal con unas bonitas vistas al puente Luis I. Es gratuito.

Para cenar me aconsejaron un sitio cerca de la Plaça de Carlos Alberto,el Museu D’Avo (Travessa de Cedofeita, 54-56), un local muy original y económico donde sirven tapas típicas portuguesas y fuera del ambiente turístico. Me pedí una buena ración de pulpo y otra de bacalao con bechamel para chuparse los dedos, y una copa de vino blanco por 10 euros.

Día 3. Bolsa de Oporto y costa atlántica: Foz.

Mi primera parada fue la librería Lello e Irmao a las 10 en punto de la mañana para entrar de los primeros y no esperar colas.

Se trata de una librería de ensueño que supuestamente sirvió de inspiración a J.K. Rowling, que durante una época de su vida vivió en Oporto, para crear alguna de las localizaciones de Harry Potter. 

Se dice que también se usó como localización en alguna de las películas de la saga, pero en realidad lo que es cierto es que los estudios no grabaron en ella, pero si se inspiraron en la librería para la creación de los decorados.

La verdad es que la librería es una maravilla y hace volar tu imaginación con cada uno de sus rincones.

Abren de 10:00 a 19:30, por lo que mejor visitarla a primera hora de la mañana o a última hora de la tarde para evitarse colas. La entrada, que se adquiere en la esquina de la calle, cuesta 4 euros que puedes descontarte después en la compra de un libro.

Seguidamente le di una nueva oportunidada a la visita del Palacio de la Bolsa de Oporto, y esta vez pude entrar sin problemas. Además justo cuando llegé empezaba una visita en castellano, así que me uní a ella.

Construido sobre las ruinas del antiguo Convento de los Franciscanos que se destruyó en un incendio, se alza este bello edificio que esconde preciosas salas de diferentes estilos que aún hoy en día se utilizan. El horario de las visitas es de 9:00 a 12:30 y de 14:00 a 17:30, y la entrada guiada cuesta 8€.

En mi humilde opinión pagué un precio excesivo para ver un patio y cuatro salas... aunque es cierto que aprendes bastante sobre la historia de Oporto. Pero si váis con poco tiempo o si no sois unos fanáticos de la arquitectura y la historia podéis pasar esta visita por alto.

Bajando hacia el puerto cogí el Tranvía 1, ya que no podía irme de Oporto sin subirme en uno de sus famosos medios de transporte.

Recorriendo la costa me llevó hasta Foz, donde puede disrutar de la Fortaleza de Sáo Joäo da Foz, visita que recomiendo encarecidamente.

Es gratuita, y descubrir los rincones de las ruinas de la fortaleza y disfrutar de su patio central vale la pena.

Después de adentrarme en el Océano Atlántico por el largo paseo del Farol de Felgueiras, dejando atras el Duero mientras rompían las olas, tras y andar un rato por la playa, me dirigí de nuevo hacia la parada del tranvía.

En el camino de vuelta hacia la parada pude ver el precioso edificio en ruinas del Antiguo Sanatorio de Toberculosos da Foz do Douro que se encuentra abandonado, y cuyo tejado estaba cubierto de gaviotas casi en su totalidad.

De esta zona me faltaron visitar los Jardines y Museo de Arte Contemporaneo de la Fundación Serralves, uno de los más importantes de Portugal. 

Dentro de los jardines, imprescindible hacer una visita al café del museo, un precioso y tranquilo lugar donde tomar algo o comer. Su horario de 10:00 a 17:30 y los precios son de 10€ (museo y jardines) o 5€ (sólo jardines)

Tras comer algo por la zona de Säo Bento y tomarme un café, dí por finalizada mi fantástica escapada a Oporto de dos días y medio.

Consejos de Viaje

Sé que muchos de vosotros sois partidarios de contratar una excursión o realizar un Free Tour a la llegada a un destino para más tarde disfrutar tranquilamente de él. Así que aquí os dejo algunos de los mejores y más económicos tours en español para que conozcais a fondo Oporto, ambos de Vipealo. Uno es un Free Tour y otro un tour contratado por las Bodegas Poças con degustación. Aunque, como veréis, en su página tienen otros muchos e interesantes tours. Ya me contaréis.