New York en 4 días

El viaje comenzó movidito, con una "falsa alarma" de atentado terrorista en el aeropuerto de New York en el que nos tiramos al suelo varias veces, corrimos por los pasillos de la terminal de una lado a otro saltando maletas abiertas y pisando gafas y otros objetos que la gente había dejado en su huida, viendo llegar a las pistas decenas de ambulancias, coches de policía y personal del ejercito de los Estados Unidos de America armados hasta los dientes que nos hacían de escudo... una locura. Y esto durante unas 6 horas aproximadamente.

Llegamos al apartamento a las 2 de la madrugada y literalmente caímos en coma en la cama.

Día 1. Midtown Manhattan.

Nos despertamos tarde con el susto aún en el cuerpo, y con un calor abrasador, nos dirigimos hacia el Hotel Plaza, donde en frente hicimos la primera parada indispensable para nosotros, el Apple Store Cube, y de ahí fueimos bajando la 5th Av, haciendo una parada en un precioso Greenacre Park, en el número 217 de la 51th, un precioso "parque de bolsillo".

En la 5th Av. con la 53th se encuentra el MOMA (Museo de Arte Moderno), recomendable si sois unos apasionados del mundo del Arte.

Bajando de nuevo por la 5th Av. vemos la lujosa y carísima joyería Tiffani´s, donde la actriz Audrey Hepburn se tomaba un café y un croissant admirando sus escaparates repletos de joyas en la película Desayuno con Diamantes.

Seguimos bajando por 5th. Av. disfrutado de ella con tranquilidad, maravillándonos por ver en directo la calle que en más películas habíamos visto, repleta de firmas de lujo, puestos de perritos calientes y taxis amarillos por doquier hasta llegar a St. Patrick Cathedral, el edificio religioso más importante de la ciudad.

Os recomiendo que antes de llegar a la catedral, visitéis la Iglesia de Saint Thomas, también en la 5th Av. Por dentro es preciosa y valdrá la pena la visita.

Tras ver el Radio City Music Hall, nos dirigimos a la esperada Plaza del Rockefeller Center con su célebre pista de patinaje (en verano cafetería) y sus famosas tiendas como la de Lego o Nintendo.

No subimos a la terraza del Rockefeller, The Top of the Rock, en ese momento, pero reservamos la entrada justo a la hora de la caida del sol dos días despues, para así ver el Empire State y el resto de la ciudad iluminada. Y además saltarnos la cola y perder menos tiempo. Cuesta unos 32$  o gratis con el City Pass.

Tras visitar la tiendas Lego y Nintendo, justo en frente de esta última nos paramos a comer una deliciosa hamburguesa en el Five Guys, famosa cadena de hamburgueserías en USA.

Continuamos nuestra visita pasando por los icónicos Almacenes Sharks, ya cerrados, a las espaldas de la Catedral de Saint Patrick, con parada obligatoria en el Edificio Lotte, para admirar su fachada de dos estilos arquitectónicos complatamente diferentes.

Yendo hacia la 49th y la 50th nos encontramos el famoso hotel Waldorf Astoria y sus vistas hacia el sur con el edificio de MetLife "bloqueando" Park Av. Entramos en el para descubrir un pasaje que nos llevó hasta la Grand Central Terminal con sus famosas taquillas, escalinatas y conocidísimo reloj que aparecen en muchas películas.

Al fondo, cruzando la estación, se divisa el Edificio Chrysler.

Tras una parada por esta zona para tomarnos un café nos dirigimos hacia la también conocida New York Public Library, que a sus espaldas alberga Bryant Park, uno de los parques preferidos de los newyorquinosm y donde poder parar a comer si compraís unos bocadillos o ensaladas previamente en alguno de los muchos puestos y terrazas cercanas.

Nosotros coincidimos con un festival de música, por lo que el parque estaba hasta arriba de gente tirada en el cesped disfrutando del espectáculo.

Tras pasar por un Macy´s, que nos hacía ilusión visitar, y pasear por la zona, nos dirigimos, ya oscureciendo, al Madison Square Garden, templo del baloncesto y del boxeo, que lametablemente estaba cerrado...

Muy cerquita, en la 34th con 5th Av. llegamos al Empire State Building, donde subimos al observatorio para disfrutar de unas increibles vistas de New York iluminado. Cuesta unos 32$ o gratis con el City Pass.

Si tenéis que decidir subir a uno de los dos observatorios (Rockefeller o Empire), os recomiendo subir antes de la caída del sol al Rockefeller, ya que desde éste podeis ver como se ilumina la ciudad con el Empire State formando parte de las vistas.

Cenamos en el apartamento tras comprar algo en un supermercado cercano y dimos por finalizado nuestro primer y mágico día en New York.

Día 2. Crucero por el Hudson, Lower Manhattan y Brooklyn.

El segundo día amanecimos mucho más animados, y tras hacer una primera parada en la zona de Broadway para desayunar en la famosa pastelería Carlos Bakery, conocida por tener un reality en la TV estadounidese, nos dirigimos a la parada de Circle Line Sightseeing Cruises para realizar un crucero por el Hudson. La duración de la excursión es de una hora y media aproximadamente y cuesta 37$ o gratuito con City Pass.

Al lado de la parada de Circle Lines se encuentra el Intrepid Air Sea and Space Museum, otro imprescindible museo si te gusta la aviación.

Nada más partir de puerto lo primero que se puede ver claramente es el Empire State al fondo, y mientras nos vamos acercando al primer hito fundamental del viaje, la Estatua de la Libertad, podemos disfrutar de excelentes vistas de Chelsea, New Jersey y Downtown Manhattan, con el One World Trade Center majestuoso en el centro de todas las fotografías.

A continuación, el ferry se dirige a Governor's island y Ellis Island para recrearse en la Estatua de la Libertad.

Una vez realizadas las fotos de rigor por todo el pasaje, el barco se dirige a Brooklyn y asciende por el río East hasta llegar a la calle E42th, dejándonos por el camino preciosas estampas del Puente de Brooklyn, el Gantry Plaza State Park o Midtown, con el edificio Chrysler y el Empire State Building como los más característicos.

Tras el crucero nos dirigimos hacia el Barrio Financiero de Manhattan que se encuentra en la zona sur de la isla. Esta zona es posiblemente la que guarda los mayores vestigios históricos de todo Nueva York, pues contiene los restos de la ciudad que se construyó tras la compra por los holandeses de la isla a los indios hasta la Zona Cero, lugar de imprescindible peregrinaje para cualquier turista.

Comenzamos dirigiéndonos hacia el espacio del World Trade Center o Zona Cero, lugar donde se encontraban las Torres Gemelas antes de los atentados terroristas del 11M, y donde ahora hay un monumento en el espacio que ocupaba cada torre y un museo en memoria de las víctimas.

También encontramos la torre One World Trade Center, anteriormente llamada Liberty Tower, que es la torre más alta de la ciudad de Nueva York, y unos 100 metros aproximadamente más alta que las antiguas Torres Gemelas.

Comenzamos dirigiéndonos hacia el espacio del World Trade Center o Zona Cero, lugar donde se encontraban las Torres Gemelas antes de los atentados terroristas del 11M, y donde ahora hay un monumento en el espacio que ocupaba cada torre y un museo en memoria de las víctimas.

También encontramos la torre One World Trade Center, anteriormente llamada Liberty Tower, que es la torre más alta de la ciudad de Nueva York, y unos 100 metros aproximadamente más alta que las antiguas Torres Gemelas.

Desde allí, tras hacer unas compras en el conocido outlet Century 21 (Cortlandt St), muy cerquita del World Trade Center y comer unos trozos de pizza en Zuccotti Park, bajamos caminando hacia Battery Park, pasando antes por el Museum Of Jewish Heritage, que recuerda a los judíos que murieron en la Segunda Guerra Mundial durante el Holocausto.

Continuamos descendiendo por el pasero del río disfrutando de las vistas del la Estatua de la Libertad, hasta llegar a Battery Park, y en un espacio precioso de este parque podemos contemplar el fuerte Castle Clinton y la Sphere, una estatua que se encontraba en medio de la plaza de las Torres Gemelas y que se encuentra tal y como apareció entre los escombros de los edificios.

Tambien vimos el parque más antiguo de la ciudad, Bowling Green, el monumento al colono holandés Peter Minuit, que fue quien compró Manhattan a los indios, y el Charging Bull, escultura de un gran toro que es uno de los motivos más fotografiados de la ciudad, en el que los turistas se fotografían tocando sus enormes testículos.

Justo enfrente de esta estatua se encuentra un magnífico edificio que alberga el National Museum of the American Indian, que es digno de ser visitado si tenéis tiempo por su maravillosa colección de artesanía y objetos representativos de la cultura india.

Muy cerca de este lugar se encuentra el ferry a Staten Island, que cada media hora y de forma gratuita lleva a Staten Island, donde se desembarca y, si no se quiere visitar ese distrito (por tiempo) volvéis a embarcar para volver a Manhattan. Este ferry por la bahía es un recorrido obligado, ya que las vistas son maravillosas e inolvidables.

Desde Battery Park subimos por Broadway hasta el distrito financiero, donde además del Edificio de la Bolsa de Wall Street, encontramos dos edificios de gran contenido histórico relacionados con la independencia de los EEUU, St Paul's chapel y el Federal Hall con la estatua de George Washington y que ahora es una oficina de Turismo.

De aquí nos dirigimos hacia la zona peatonal del Puente de Brooklyn para cruzarlo a pie, parando antes en 375 de Pearl St, uno de los edificios más antiguos de la ciudad.

En el embarcadero, en Pier 11/Wall Street - Sandy Hook, podéis parar en la Brooklyn Ice Cream Factory, para comprar un excelente helado de vainilla y disfrutar de las vistas de Manhattan. Y si tenéis hambre podéis cenar en Grimaldi´s, una pizzería excelente que está en el 19 Old Fulton street.

Visita imprescindible al barrio de Dumbo, una zona en otro tiempo degradada pero que ahora se está llenando de galerías de arte y ofrece unas excelentes vistas de los puentes de Brooklyn y Manhattan con la ciudad al fondo.

Tras cenar, volvimos al apartamento con los pies destrozados y con ganas de darnos la ducha más fría y larga de nuestra vida,

Día 3. Milla de los Museos y Central Park.

Comenzamos la ruta dirigiéndonos andando, ya que nuestro hotel estaba muy cerquita, hacia el Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, el lago más grande de Central Park, y donde, tras disfrutar de las vistas desde su mirador, comenzamos nuesta ruta por la Milla de los Museos de Nueva York.

Justo enfrente se encuentra el Museo Nacional de Diseño Cooper-Hewitt, adscrito a los museos Smithsonian, y que está centrado en el diseño, tanto antiguo como actual.

Bajando la 5th Av., muy cerquita, se encuentra el museo el Museo Guggenheim, centrado principalmente en arte moderno, con una interesante colección privada de pintura y escultura. Aunque lo más conocido de este museo sea posiblemente el edificio en si, una de las obras maestras de Frank Lloyd Wright, célebre arquitecto estadounidense y considerado como uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX. El precio de la entrada es de 15$.

Seguimos bajando por la calle, y en la otra acera nos encontramos con el Museo Metropolitan, también conocido como el Met, y probablemente el mejor museo de Nueva York y uno de los mejores del mundo. Su colección de pintura es muy conocida y espectacular, con cuadros de Picasso, Rafael, Tiziano, el Greco, Rembrandt, Velázquez...aunque sus colecciones de arte egipcio o medieval no se quedan atrás y las vistas de Central Park y Manhattan desde su terraza en verano son espectaculares.

No es necesario pagar entrada, ya que el precio que os indican es voluntario. Nosotros pagamos 3 dolares por cabeza como donativo porque nos pareció justo hacerlo y no nos pusieron problemas a la hora de entrar. Pero había gente pagando solo 1 dolar por entrar.

Seguimos bajando la calle y nos encontramos con otros dos museos en las cercanías, The Met Breuer, en la E 75th street con Madison Avenue, y que contiene todo tipo de arte moderno estadounidense del siglo XX con obras de por ejemplo Edward Hopper o Andy Warhol, y el edificio de la Frick Collection, situado en un palacete en la E70th street y que contiene algunas obras maestras de pintores europeos como Vermeer, Tiziano, Goya o Velazquez.

De aquí, bordenado Central Park, nos dirigimos hacia Columbus Circle, con de Colón, donde, muy cerquita, en Hell's Kitchen, en el número 892 de 9th Av. alquilamos unas bicis para recorrer el parque.

Entrando a Central Park por la entrada de la 7th. lo primero que vimos fue el Umpire Rock, que obtuvo su nombre (Rat Rock) por las ratas que vivían allí en los inicios del parque por los 1800. Más tarde su nombre se cambió a Umpire Rock porque desde su cima dominas la vista del campo de juego de baseball que se encuentra cerca. Estas formaciones rocosas son una de las paredes de escalar más. Esta enorme masa de roca se formó por el calor subterráneo y la presión hace unos 450 millones de años durante la era paleozoica. Es una bella manera de tocar y ver una formación rocosa que es una muestra del 90% de la roca que cubre el subsuelo de Manhattan.

Más adelante se puede ver el Gapstow Bridge, un pequeño puente muy antiguo. Esta zona del parque ofrece una de las mejores vistas de los rascacielos de Nueva York, y el Wollman Rink, donde en invierno se convierte en una de las mayores pistas de patinaje sobre hielo de la ciudad.

Tras pasar por el Zoo de Nueva York y visitar la estatua de Balto, nos dirigimos hacia Rumsey Playfield para hacer una parada en Bethesda Terrace, considerada el corazón de Central Park. Con una fuente majestuosa y un despliegue de esculturas de arena, el parque tiene a todo un equipo que le da mantenimiento a los tallados y esculturas así como a los jardines. Durante el verano, la fuente se llena con plantas acuáticas como las lilas reviviendo una tradición del siglo 19. Es un área encantadora y con un toque mágico. Además si os apetece podéis tirar un centavo a la fuente y pedir un deseo.

Segimos bordeando el parque y nos topamos con la estatua de Hans Christian Andersen, la escultura de Alicia en el País de las Maravillas y el Conservatory Water, situado en el lado este del parque entre las calles 72 y 75, un área popular con familias y niños. En la misma, entre los meses de Abril y Octubre, puedes alquilar un barco a control remoto en la cafetería, o escuchas historias de cuenta cuentos delante de la estatua de Andersen.

Pasamos por Shakespeare Garden, the Great Lawn y el Delacorte Theatre, donde en verano hay representaciones gratuitas, hasta llegar al Belvedere Castle, que está en medio del parque y tiene unas increíbles vistas.

Tras dejar la bicis y comer a las espaldas del Museo de Historia Natural una hamburguesa de la también famosa  hamburguesería Shake Shack, entramos al museo.

Merece la pena sobre todo ver las salas dedicadas a los dinosaurios y la de la ballena. Al igual que en el Metropolitan, el precio de la entrada no es obligatorio, y puedes entrar dejando el donativo que quieras. Nosotros como entramos a una hora de cerrar, dejamos 1 dolar.

Siguiendo el camino en Central Park, y con unas vistas increibles al lago se encuentra el Ladies' Pabellón, una construcción de hierro forjado de estilo gótico, y Strawberry Fields, parte del parque homenaje a Lennon con el famoso mosaico en cuyo centro aparece la palabra "Imagine" escritrita.

En esta zona, a la altura de la 72th, podemos ver el edificio Dakota, donde el cantante fue asesinado.

Y más adelante, antes de salir del paque, pasamos por Sheep Meadow, localizada entre las calles 66 y 69. Este pedazo de tierra enorme es la parte de relajación dentro del parque. La misma tiene su nombre porque en un inicio era zona de pastoreo de ovejas, hoy en día es una gran llanura libre de árboles donde neoyorquinos y turistas van a relajarse, tomar un picnic, tomar el sol y al mismo tiempo disfrutar de la mejor vista del famoso paisaje de Manhattan.

De aquí nos dirigimos al Rockefeller para subir al Top of the Rock y ver la caida del sol mientras se encendía el alumbrado de todo Manhattan. Una autentica maravilla.

Y para finalizar el día, nada mejor que patearnos la zona de Times Square con sus neones y pantallas gigantes, música, gente disfrazada y sobre todo una iluminación que nunca antes habréis visto.

Día 4. Downtown, Soho, Chinatown, Little Italy y Chelsea.

Comenzamos el día en Chinatown, paseando por sus calles repletas de tiendas de recuerdos, pescaderías y fruterías con género muy exótico.

En este barrio se encuentra Columbus Park, donde podéis ver a la gente haciendo Taichi, jugando al Mah-jongg... Si queréis comprar baratijas, recuerdos y cosas de imitación (relojes, bolsos,...) Chinatown es el mejor sitio donde hacerlo, siempre regateando.

Tras pasar por Little Italy y sus bocas de manguera con la bandera de Italia, donde se encuentra una de las tiendas más gandes y famosas de adornos de Navidad, llegamos al famoso barrio de Soho.

Pasando por Washington Square Park, que nos sonaba de verlo en muchas películas, llegamos a  Bleeker Street, donde se encuentran gran cantidad de cafeterías y tiendas de ropa, cds y dvds a muy buen precio. Nosotros dejamos la ruta de lado un buen rato para aprovechar e ir de compras.

Despues de tomar algo en Magnolia, en el 401 de Bleecker St., una confiteria donde las chicas de "Sexo en Nueva York" solían ir a menudo, nos dirigimos a West Village, donde se encuentran los escenarios donde se rodó la serie Friends.

Y de aquí continuamos hacia Meatpacking district, situado en la parte oeste de Manhattan. En otros tiempos, esta era una zona bastante degradada de Nueva York, pero gracias a iniciativas como Chelsea Market ha conseguido ponerse de moda.

Se encuentra ubicado en una antigua fábrica de Nabisco, en concreto en esta fábrica fue donde se inventaron las famosas Oreos. En un increíble ejercicio de rehabilitación, la antigua fábrica se ha convertido en un precioso edificio de oficinas, y en las plantas más bajas se sitúa el mercado donde puedes comprar todo tipo de cosas y parar a comer o cenar.

En frente podéis encontrar las oficinas del gigante Google.

Muy cerca se encuentra el High Line, situado en las antiguas vías del tren. El llamado Rail Yard discurre en forma de "U" de la calle 30th a la calle 34th, con espectaculares vistas de la ciudad y el Hudson.

La High Line pasa justo al lado de Chelsea Piers, el antiguo puerto de Chelsea, lugar al que tenía que haber llegado el famoso Titanic, y que ha sido reconvertido en un conjunto de clubs deportivos y gimnasio y que se encuentra en la 11th Avenue, y justo al lado, en la 18th street podéis ver el edificio de la IAC, diseñado por Frank Gehry.

Y de aquí nos dirigirnos a Neil Simon Theatre en Broadway para ver el musical Cats. Ese momento se ha convertido en uno de los mejores recuerdos de mi vida.

Después de la función, y haciendo una parada antes para ver el edificio Flatiron Building, llamado asi por su forma de plancha y construido en 1902, nos dirigimos a tomar algo a un Speak Easy que una amiga nos había reservado.

El Speak Easy era un establecimiento de perritos calientes, en el que tras encontrar una puerta secreta y dar una contraseña, accedías a un local de copas de lo más sofisticado. Un final perfecto para nuesta corta y maravillosa visita a la Gran Manzana.

En lo referente a seguros de viaje, nosotros estuvimos mirando muchos y al final nos decidimos por Iati Seguros, que es económico y con una cobertura bastante completa.